jueves, 8 de octubre de 2015




Jorge Pascua, de 1º ESO D ha escrito este escalofriante cuento. ¿ Te atreves a leerlo?


LA RESISTENCIA
Era el 2021 y unos científicos locos habían creado unos zombis, pero a los científicos se les fue de las manos y los zombis se volvieron inteligentes y aprendieron de los humanos, y gracias a ello consiguieron escapar matando lentamente a todos los científicos que se les cruzaban.
Cuando casi toda la Tierra estaba destruida por culpa de los zombis y casi no quedaban humanos, aún existía una pequeña resistencia en Cantabria que se llamaba Los Mata Zombis. Esta pequeña resistencia estaba atrincherada en el instituto Ricardo Bernardo: en ella estaban Ismael, que mataba a zombis con mesas y sillas; David que los mataba con balones; Pau, que los mataba con un hacha; y yo, Jorge, el rey, que mataba a los zombis solo con la mirada. El antiguo grupo de la resistencia en el colegio Aguanaz había fracasado: todos menos yo, que si no estaría en  otra resistencia. Cuando ya no teníamos casi armas y estábamos cansados y heridos, vino una oleada de zombis que mató a una persona que iba andando por ahí cortándole las piernas, sacándole los huesos de las piernas y dejando que se desangrase. La siguiente persona que murió fue porque yo sin querer le lancé un petardo a los ojos  explotándoselos, y sin poder ver fue justamente donde estaban los zombis, que le fueron devorando poco a poco hasta la muerte. Y por último, y no por eso menos importante, un niño que chutó un balón y fue a por él y el zombi le salto a la cabeza desfigurándole la cara, abriéndole el pecho y el vientre y arrancándole poco a poco el intestino delgado y el corazón.

 Los zombis estaban muy cerca de la resistencia, acercándose poco a poco pero sin descanso, yo propuse una idea y dije: ¿por qué no os vais vosotros donde los zombis y yo me salvo? su equipo enfadado dijo que no, pero dijo otro que si que podríamos tirar un zombi herido, así que le ataron las manos y le lazaron y todos los zombis fueron rápidamente donde estaba devorándole. Yo, mientras, vi que en el sótano del instituto había un sitio que estaba creado para resistir el ataque de los zombis, así que por la noche cuando estaban todos dormidos, menos yo, puse un poco de sangre de zombi donde estaban mis compañeros para que cuando se levantasen les atacaran, mientras que yo estaba a salvo en el escondite con una pila de armas, comida, bebida y teléfonos.

1 comentario:

  1. Víctor Pascua Sáiz2 de mayo de 2016, 8:46

    Es un libro gracioso en los que encuentro a amigos y a mi hermano, aunque veo que el escritor se ha pasado en algunas partes del libro como en “ el zombi le salto la cabeza desfigurándosela y abriéndosele el pecho y el vientre y arrancándole el intestino delgado y el corazón poco a poco”

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