viernes, 23 de octubre de 2015

Diario de Greg 9 Carretera y manta




Recientemente he leído un libro de una serie de episodios en el que el protagonista es un chico de 12 años llamado Greg Heffley, y le ocurren muchas aventuras y obstáculos por superar.
El autor es Jeff Kinney y su editorial es RBA.
El Diario de Greg 9 carretera y manta, es la novena edición publicada   en España. Trata de Greg , ya comentado anteriormente. Greg vive con un hermano mayor llamado Rodrick, un hermano pequeño que es el niño de mamá, siempre mimado, llamado Manny, sus dos padres.
En este este libro emprenden un viaje en coche a una feria rural, donde se acopla un pequeño miembro más y se hace amigo de Manny.
Intentan sacar el mayor beneficio de los hoteles en los que se alojan, pero una noche Greg no podía dormir.
Esa noche fue la peor de todas y el recuerdo le acompañara todo el viaje. Surgen muchos problemas durante el trayecto, el famoso chicle en el techo, el amigo de Manny, el trabajo del padre de Greg, coche estropeado, clínica veterinaria, gaviotas enfurecidas, funeral equivocado y muchas aventuras más, y aunque no fuese un plan perfecto para pasar en familia, fue la mejor aventura que hayan podido vivir en la historia de los Heffley.
Yo pienso que es un libro muy interesante y divertido y algunas de esas anécdotas pasan en la vida real.



LORENA GARCIA CLEMENTE   1º D

miércoles, 21 de octubre de 2015

Jimy y su perrito Toby

                       




Era una calurosa mañana de diciembre y tocaba abrir los regalos. Para mi sorpresa me regalaron un perrito llamado Toby. Era un perro muy bonito y pequeñito. Todos los días paseábamos jntos y cada vez que me veía se ponía muy contento y saltaba. La vedad, era un poco travieso ya que se metía por debajo de la verja y se comía las zapatillas del vecino y las rompía. Yo le quería mucho. 
Cada vez se hacía más grande, pero seguía siendo igual de cariñoso. Un día, fui a acariciar a mi perro. Después de tres minutos se puso en mis muslos y cerró los ojos... Después me levanté pero no se movió. Yo le empecé a acariciar pero no respondía. Había muerto. El veterinario me dijo que se le paró el corazón. Yo lloré mucho porque lo recordaba, recordaba aquellos lametones que me daba y cuando paseábamos juntos. Yo siempre lo recordaré, amigo.

Juan Manuel Frías, 1ºE

jueves, 8 de octubre de 2015




Jorge Pascua, de 1º ESO D ha escrito este escalofriante cuento. ¿ Te atreves a leerlo?


LA RESISTENCIA
Era el 2021 y unos científicos locos habían creado unos zombis, pero a los científicos se les fue de las manos y los zombis se volvieron inteligentes y aprendieron de los humanos, y gracias a ello consiguieron escapar matando lentamente a todos los científicos que se les cruzaban.
Cuando casi toda la Tierra estaba destruida por culpa de los zombis y casi no quedaban humanos, aún existía una pequeña resistencia en Cantabria que se llamaba Los Mata Zombis. Esta pequeña resistencia estaba atrincherada en el instituto Ricardo Bernardo: en ella estaban Ismael, que mataba a zombis con mesas y sillas; David que los mataba con balones; Pau, que los mataba con un hacha; y yo, Jorge, el rey, que mataba a los zombis solo con la mirada. El antiguo grupo de la resistencia en el colegio Aguanaz había fracasado: todos menos yo, que si no estaría en  otra resistencia. Cuando ya no teníamos casi armas y estábamos cansados y heridos, vino una oleada de zombis que mató a una persona que iba andando por ahí cortándole las piernas, sacándole los huesos de las piernas y dejando que se desangrase. La siguiente persona que murió fue porque yo sin querer le lancé un petardo a los ojos  explotándoselos, y sin poder ver fue justamente donde estaban los zombis, que le fueron devorando poco a poco hasta la muerte. Y por último, y no por eso menos importante, un niño que chutó un balón y fue a por él y el zombi le salto a la cabeza desfigurándole la cara, abriéndole el pecho y el vientre y arrancándole poco a poco el intestino delgado y el corazón.

 Los zombis estaban muy cerca de la resistencia, acercándose poco a poco pero sin descanso, yo propuse una idea y dije: ¿por qué no os vais vosotros donde los zombis y yo me salvo? su equipo enfadado dijo que no, pero dijo otro que si que podríamos tirar un zombi herido, así que le ataron las manos y le lazaron y todos los zombis fueron rápidamente donde estaba devorándole. Yo, mientras, vi que en el sótano del instituto había un sitio que estaba creado para resistir el ataque de los zombis, así que por la noche cuando estaban todos dormidos, menos yo, puse un poco de sangre de zombi donde estaban mis compañeros para que cuando se levantasen les atacaran, mientras que yo estaba a salvo en el escondite con una pila de armas, comida, bebida y teléfonos.