Aquí están algunos de los microrrelatos que han escrito los alumnos de 1º ESO B. Son muy buenos. Que los disfrutes.
La muerte y los animales
La muerte va a la casa del hombre de los peces: le mata. Va a la casa de la mujer de los gatos: la mata. Va a la casa del hombre de los perros: los perros matan a la muerte.
Mario Oslé
La caída del imperio del limón
Un día un hombre paseaba por un campo de limoneros. Hubo un terremoto y el hombre se ahogó entre los limones.
Cuando encontraron el cuerpo, encontraron una nota a su lado en la que ponía:
Si la vida te da limones, haz limonada.
Álvaro Conde
Veinticinco años más
La Muerte fue a llevarse a un hombre, pero cuando llegó a su casa le abrió su mujer y le dijo que no estaba. La Muerte se marchó, pero volvería al día siguiente. Durante un mes, la Muerte volvía todos los días a distintas horas, pero siempre encontraba sola a la mujer. La Muerte se cansó, le dijo a la mujer que no podía perder más tiempo con su marido, que tenía otros hombres que llevarse, que cuando regresase su marido le dijese que volvería dentro de veinticinco años. Cuando la Muerte se fue, la mujer se acercó aun armario, abrió la puerta y sonrió a su marido.
Paula Lavín
¿Qué me pasó al despertar?
Cuando me desperté, todo era diferente. ¿Estaría muerto? ¿Me habría desmayado? ¿Qué habría pasado? Nada de esto habría ocurrido; me habían llevado de viaje mientras dormía y en estos momentos estaba en el hotel donde me alojaba.
Ana Pérez
Este era un pavo que no tenía energía para subir a un árbol. Un día se encontró con un toro y le dijo que si comía mucha comida obtendría la energía para subir. El pavo le hizo caso y comió la comida y subió a una rama; comió más y llegó hasta la copa. Cuando llegó arriba un granjero lo vio, lo disparó y el pavo cayó. El esfuerzo del pavo no valió para nada.
Javier Canales
La pecera
Un niño se acercó a una pecera y le dijo al pez: "Te ahogaré". Y el pez le dijo al niño: "Si me ahogas, yo no moriré".
María Quirce
La tala
-Te voy a cortar -dijo el leñador.
-¿Por qué? -dijo el árbol.
-Necesito limpiarme -dijo el leñador.
Samuel Valer Nasta